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Thursday, August 30, 2012

Dos días antes de irme

Foto sacada de: http://www.bloghalconviajes.com/2011/11/%C2%A1que-no-te-pierdan-la-maleta/maletas-prada2/

Pasado mañana cojo el autobús, junto con mi novio (que estará conmigo hasta el día 12), para ir a Francia.
Ahora es cuando un montón de sentimientos contradictorios se mezclan en mi cabeza: ¿habré hecho bien?, voy a echar muchas cosas de menos, con esto perfeccionaré mi francés, conoceré gente nueva, discuto con la gente a la que quiero por cosas del erasmus ¿vale la pena discutir?, tengo ganas de sentirme independizada... pero ¿y mi novio?
Podéis ver que no me aclaro ni yo sola. Por un lado es el sentimiento excitante de vivir una aventura y por el otro, tristeza, tristeza de dejar durante unos meses cositas. Luego lo pienso y digo: total, es solo medio año. Pero pienso todo lo que ha pasado el último medio año y digo: ¿de verdad sólo hace medio año de eso? Pues si que se pasa el tiempo lento...

Ayer por la noche me hice más o menos las maletas restantes. La que ya tenía hecha está llena de ropa de invierno: leggins, batín, pijama, cositas de lana...  y también la ropa interior.
Las que hice ayer, pues una pequeña en la que metí los abrigos y los zapatos (por cierto, para la YO de dentro de unas horas, nota mental: coger las zapatillas de deporte que no se me olviden); y luego otra maleta de dimensiones gigantes en la que metí algunas cosillas de verano, sábanas, almohadón (de estas dos últimas cosas no dispongo en la residencia), diccionarios, mi neceser, algún peluchito de mi novio, mis medicamentos y un mini-botiquín (betadine, algodón y poco más). ¿Os llevaríais algo que no haya nombrado?

Y es que pienso en todo lo que he tenido que hacer para irme de erasmus y es un jaleo, un jaleo que en cuanto esté en mi primera clase con todo solucionado me hará respirar desestresada por primera vez desde febrero (al menos con este temita). Y ahora mi historia ¿cómo y por qué decidí irme de erasmus?:
Hace dos años yo iba a irme de Erasmus a Paris X Nanterre, pero al final acabó siendo una idea fallida, ya que no disponía del dinero como para poder mantenerme hasta que me diesen la beca, y menos en París (nota para aquellos que sueñen con erasmus en Paris: si en cualquier sitio vives por 400-500€ al mes, en Paris prepara 800...).
Total, que al final lo cancelé. El verano pasado, Andrés y yo estabamos en Segorbe, cenando en una pizzería que está bastante deliciosa, cuando le confesé que para llegar a algo en mi carrera (filologa francesa, y no soy nativa, algo falla) debía salir de este país, aunque fuera en el período más corto, un semestre. Tristemente ambos aceptamos que debía irme. 
Poco después lo que en un principio había sido una idea triste acabó siendo para mí un objetivo emocionante, decidí tomar el asunto como la prueba definitiva que me ayudaría totalmente a llegar a ser algo en la vida, y ya no le ví mucho más el lado negro (bueno, no es del todo cierto, de pensar en no ver a mi novio con el que estoy todos los días me embajona).
Un noviembre nos comunicaron en la universidad (Universitat de València) que el plazo de inscripción estaba abierto, y puse mis prioridades. En un principio no iba a irme a Tours... escogí Montpellier. Tiempo después, al enterarme de que Montpellier estaba plagado de españoles decidí cambiar el destino, ¡no quiero hablar español! así que visto que a mi amiga Noelia le iba tan bien en su erasmus decidí interesarme por la ciudad: ví que estaba considerada el mejor sitio de habla francesa, casi no hay españoles, y mi amiga había hecho muchísimos amigos francófonos. Estuve buscando algún destino que me llamara más, pero luego leí que había tren directo Tours-París, Tours-muchos sitios, y decidí que era el lugar donde debía ir. En Febrero, nos llamaron a todos para decirnos que nos habían concedido el erasmus. Al ser la última alumna de licenciatura en francés para ir de erasmus escogí la primera, tenía prioridad. Detrás de mi escuché: ¡hija de...! Se ve que esa chica (o cosa) también quería ir, ya que solo se puede ocupar dos plazas, y la otra la ocupó el chico que más nota tenía del plan Bolonia. ¿Sabéis lo que me tuve que contener para no soltarle nada ofensivo delante de todo el mundo?
Pues bueno, una vez solucionado esto tocaba el siguiente paso: solicitar las residencias. Tranquilos, el mismo coordinador erasmus de Tours se encargó de que me llegaran los mails para solicitar las residencias. Tenía que enviar muchísimas cosas a la universidad, así que el mismo día que me llegaron los mails estaba yendo a correos a enviarlo todo. Mis prioridades fueron estas: Saint-Symphorien, Christophe Colomb, Grandmont (residencia de mi amiga Noelia, preciosa, pero alejada del centro).
No todo fue coser y cantar... más tarde leí que debía haber metido unas cosas de las que no tenía ni idea: coupons-réponse. Son unos sellos carísimos que se utilizan para que ellos te puedan contestar sin gastarse dinero en el sello. ¡No los metí y estaba a punto de acabarse el plazo! Fui corriendo, y al final ¡lo conseguí! aunque de una manera estresada, ya que tuve que volver a rellenar todos los papeles y casi se me cae el pelo del agobio. A la semana siguiente me llegó un mail... ¡me habían cogido de mi primera opción! Saint-Symphorien, situada cerca del centro y cerca de la universidad.
Poco después la residencia contactó conmigo, me pidió una serie de cosas: renta de mi padre, sus últimas nóminas, un montón de papeles e información importantísimas... Lo envié y ya está, desde ese día no me he vuelto a preocupar más del asunto. Parece muy fácil, pero costó lo suyo conseguir entender todos los papeles.
El último escalón de esta historia es que tuve que llamar a la residencia la semana pasada para pedir hora para que me dieran la llave. Lunes, 3 de septiembre, a las 9h 15 tendré mi habitación en mis manos.
Ahora me encuentro rodeada de papeles por todas partes, papeles que tengo que dejar en casa para que mis padres los lleven a las Relaciones Internacionales de Valencia y así puedan darme el dinero de las becas. Es un rollo, hacen falta muchas tonterías y tiene que estar todo perfecto. También estoy algo nerviosa ya que mi amiga Mariela tiene que ir a matricularme y todavía tengo que hacerle la autorización... ¡un respiro por favor!
Bueno, y con este texto (hoy os habré hecho leer muchísimo, ¿verdad?) Acabo mi historia por hoy, ¡no os preocupéis! El papeleo es difícil, pero no imposible. La verdad es que la Universidad François Rabelais de Tours y mi amiga Noelia (sobre todo Noelia) me han proporcionado muchas facilidades para aclararme.

¡Gracias a todos por vuestra ayuda!
¡Gracias Noelia!
¡Gracias Mariela!

Aquí os dejo información sobre mi residencia. Está en francés, pero hay videos y fotos y podéis verla: Residencia Saint-Symphorien
Besos,
Lola

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